El maestro Rodolfo Galeotti Torres nació el 4 de marzo de 1912 y fallece en la última década del siglo XX. Uno de los grandes escultores que ha tenido Guatemala. De gran reconocimiento a nivel internacional, su obra es una huella de este país.
Hablar de él es hablar de la historia del arte guatemalteco del siglo XX y a través de su obra, conocer los personajes que han nutrido nuestra historia.
Es profundizar sobre un artista nacional que manifestó a lo largo de su vida una única y permanente preocupación: el trasladar a las generaciones presentes los hitos de acontecimientos y personajes que la historia oficial e incluso la no oficial le aportaron ala Guatemala de hoy.
Galeotti Torres fue un artista con una obra que trascendió fronteras y épocas, y que cumplió abundantemente con los fines didácticos que él se trazara.
Es ya a partir de su trabajo en el Palacio Nacional que con la llegada de la revolución de Octubre de 1944, se inicia como el escultor más representativo de esa generación.
Esa etapa de su vida es sumamente prolífera, realiza el Tríptico dela Revolución , que representa a los actores de la gesta revolucionaria de esa época: los obreros, los estudiantes y los militares. Invita al pueblo a incorporarse en la magna tarea de estudiar a través de su relieve “La universidad popular se abre al pueblo.
Su obra se transforma en un canto permanente a las conquistas democráticas que alcanza el país en esa breve primavera.
Durante la década de los 80’s, Galeotti Torres concluye el monumento al Papa Juan Pablo II. Esta magnífica obra muestra el espíritu de tan venerado personaje. Es un Papa que recibe a todos los hombres y mujeres de este planeta con los brazos abiertos. Con esta obra, que en alguna medida se convierte en signo de su propia vida, el Maistro nos deja un legado de humildad, de sencillez, de bonhomía. Y una trayectoria de trabajo fecundo y amor inmenso a su país y su gente.
Hablar de él es hablar de la historia del arte guatemalteco del siglo XX y a través de su obra, conocer los personajes que han nutrido nuestra historia.
Es profundizar sobre un artista nacional que manifestó a lo largo de su vida una única y permanente preocupación: el trasladar a las generaciones presentes los hitos de acontecimientos y personajes que la historia oficial e incluso la no oficial le aportaron a
Galeotti Torres fue un artista con una obra que trascendió fronteras y épocas, y que cumplió abundantemente con los fines didácticos que él se trazara.
Es ya a partir de su trabajo en el Palacio Nacional que con la llegada de la revolución de Octubre de 1944, se inicia como el escultor más representativo de esa generación.
Esa etapa de su vida es sumamente prolífera, realiza el Tríptico de
Su obra se transforma en un canto permanente a las conquistas democráticas que alcanza el país en esa breve primavera.
Durante la década de los 80’s, Galeotti Torres concluye el monumento al Papa Juan Pablo II. Esta magnífica obra muestra el espíritu de tan venerado personaje. Es un Papa que recibe a todos los hombres y mujeres de este planeta con los brazos abiertos. Con esta obra, que en alguna medida se convierte en signo de su propia vida, el Maistro nos deja un legado de humildad, de sencillez, de bonhomía. Y una trayectoria de trabajo fecundo y amor inmenso a su país y su gente.
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